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XIII Aniversario del Tránsito al Cielo de Nuestro Fundador

fernando rielo

La Fundación Fernando Rielo y el Instituto Id de Cristo Redentor Misioneras y Misioneros Identes organizan una serie de actos con motivo de XIII aniversario del fallecimiento de su fundador, Fernando Rielo Pardal.

Programados para el próximo 6 de diciembre, miércoles, darán comienzo a las 16:00 horas con la proyección del documental Sed Santos. El carisma Idente, de C. Mc Gilvbray. Se podrá ver en el salón de actos del Seminario Conciliar (c/San Buenaventura, 9).

A las 18:00 horas, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidirá una solemne celebración de la Eucaristía en su memoria en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.

FERNANDO RIELO

Fernando Rielo Pardal nació en Madrid el 28 de agosto de 1923 en una familia muy religiosa, rodeado del cariño de los padres.

La guerra civil española le hizo pasar directamente de la dicha infantil a la juventud sufrida, bajo los bombardeos y presenciando la matanza entre hermanos. Precisamente en el día de su Primera Comunión estuvo a punto de perecer por causa de la fe católica: «me acusaron de ser católico al haberme visto con el traje de Primera Comunión, y me incitaron a que renunciara a mi creencia. Yo me negué categóricamente y me pusieron en un paredón para fusilarme». Finalizada la guerra, concluyó los estudios en el Instituto Real de San Isidro en Madrid.

A los 16 años en la Sierra de Guadarrama (Segovia) una íntima experiencia le marcó para siempre. Fue la llamada del Padre Celestial: «Sé santo, hijo mío, como yo soy santo». Él mismo relata: «Y yo le prometí que siempre me habría de arrepentir de todo aquello que le desagradara y que me pasaría toda mi existencia buscando su voluntad… y comencé a anhelar que en el corazón de todos los hombres entrara esta palabra del Padre».

Su pasión por Cristo le llevó, en esta misma época, a cincelar una oración que más tarde transmitirá a sus hijos e hijas identes, formando parte de su observancia: Te prometo, Señor, vivir y transmitir el Evangelio con el sacrificio de mi vida y de mi fama, fiel al mayor testimonio de amor: morir por Ti.

Esta intensa espiritualidad de Fernando Rielo se concretará con su ingreso a los 20 años en la Congregación del Santísimo Redentor, con quienes cursará los estudios filosófico–teológicos. Durante este periodo su fervor religioso y ardor apostólico le lleva a crear un movimiento llamado Motus Christi con el que se pretendía vivir una religiosidad marcada por la conciencia filial hacia el Padre Celestial.

Pero la Providencia tenía otros proyectos para su vida por lo que, tras unos años de permanencia en la Congregación de los Redentoristas, sale de ella en 1957 y se reincorpora al mundo laboral en espera de nuevos signos de la voluntad divina. Es destinado como funcionario del Estado a Santa Cruz de Tenerife. Descendiendo del aeropuerto a la ciudad por la carretera antigua —relata él mismo— Cristo le enseña el camino: «Este es el lugar que he elegido para la fundación del Instituto; esta ciudad será tu cruz y tu gloria». Allí nacerá la Institución de las Misioneras y Misioneros Identes en 1959.

A la fundación religiosa seguirán otras culturales y humanitarias, siempre con el deseo de buscar todas las vías posibles para llevar el Evangelio a todas las gentes. Esta aspiración ha desarrollado en el Fundador de los Misioneros y Misioneras Identes una extraordinaria creatividad en los ámbitos religioso y civil, lo que le ha llevado a la profundización en el pensamiento filosófico y teológico; todo ello le ha valido el reconocimiento de diversas entidades universitarias y culturales, entre las que destaca la concesión del Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Loja (Ecuador), el nombramiento como Profesor Honoris Causa de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (sede Santo Domingo), y la distinción como Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y del Centro Internacional de Estudios Hispánicos.

En 1988 se trasladó a Nueva York para recibir especial asistencia médica. En esta ciudad falleció el 6 de diciembre de 2004.

Un nuevo carisma en la vida consagrada: «la santidad filial»

Esta institución misionera tiene como propuesta, inscrita en su nombre, el cumplimiento del mandato evangélico: «Id y predicad el Evangelio». El término «idente» es un neologismo construido con el imperativo «id» del verbo español «ir» y la desinencia «ente» del participio latino «-ens, -entis». Tiene el significado de «caminar uniéndose uno permanentemente con la divina conciencia filial de Cristo». Una «conciencia filial» que marcó desde muy joven al Fundador.

El carisma idente se concreta en vivir y testificar la filiación divina, siguiendo a Cristo bajo la acción del Espíritu Santo. Se asienta, principalmente, sobre estos tres principios evangélicos:

  • la vocación a la santidad, en respuesta al mandato «sed santos como vuestro Padre Celestial es santo» (Mt 5,48);
  • la promoción de la vida comunitaria y el espíritu de familia, confiando en el consejo promisorio de Jesucristo: «cuando dos o más están reunidos en mi nombre allí estoy en medio de ellos» (Mt 18,20).
  • la prioritaria dedicación a la misión evangelizadora, a la que se está totalmente dedicados siguiendo el imperativo apostólico «id por todo el mundo y proclamad la buena nueva a toda la creación» (Mc 16,15).

Forma parte del carisma la estructura de la Institución y su ordenamiento jurídico, que, procediendo de la santidad filial vivida en común y del espíritu de familia, viene determinada por dos ramas, de misioneras y de misioneros identes, con su autonomía propia y regidas por sus respectivos superiores generales. A su vez, ambas ramas manifiestan su comunión entre sí sujetándose a un presidente, primado de la Institución, como el primero entre muchos hermanos y hermanas.